Terrible noticia con la que nos encontramos hoy. El mundo del cine ha vuelto a sufrir una gran pérdida. En este caso, se trata del actor, director y productor Robert Redford, quién ha fallecido a los 89 años de edad, según ha declarado su agente. Las causas de la muerte se desconocen, pero se dice que murió mientras dormía en su casa en las montañas de Provo (Utah).
Redford era mucho más que un galán y una estrella de Hollywood, también era un nombre propio dentro de la industria y una figura muy influyente. Además, fue uno de los principales impulsores del cine independiente siendo, entre otras cosas, uno de los principales responsables del Festival de Sundance.
Comenzó su carrera como actor en el teatro a finales de los años 50 y como actor de Tv a principios de los 60, con apariciones en series como Maverick -su debut televisivo -, Perry Mason, La Ciudad Desnuda, Encrucijada, Alfred Hitchcock Presenta, La Dimensión Desconocida, Los Intocables o El Virginiano. En cine, su primer trabajo fue una aparición sin acreditar en la película Me Casaré Contigo (Joshua Logan, 1960). Después aparecería en otras películas hasta que saltó a la fama con La Rebelde (Robert Mulligan, 1965).
Su fama aumentaría después con títulos como La Jauría Humana (Arthur Penn, 1966), Propiedad Condenada (1966) -su primer trabajo con Sydney Pollack, su director fetiche -o Descalzas en el Parque (Gene Saks, 1967) hasta consagrarse definitivamente dando vida al pistolero Sundance Kid en la película Dos Hombres y un Destino (George Roy Hill, 1969), que protagonizó junto a Paul Newman, quién daba vida a Butch Cassidy. Después, él y Newman volverían a ponerse a las órdenes de Hill en la oscarizada El Golpe (1973).
A diferencia de otros actores, cuyas carreras decaen con la llegada de una nueva década, la carrera de Redford no decayó con la llegada de los años 70, donde protagonizaría más títulos memorables como Un Diamante al Rojo Vivo (Peter Yates, 1972), Las Aventuras de Jeremiah Johnson (Sydney Pollack, 1972), El Candidato (Michael Ritchie, 1972), la mencionada El Golpe (George Roy Hill, 1973), El Gran Gatsby (Jack Clayton, 1974), El Carnaval de las Águilas (George Roy Hill, 1975), Los Tres Días del Cóndor (Sydney Pollack, 1975), Todos los Hombres del Presidente (Alan J. Pakula, 1976), Un Puente Lejano (Richard Attenborough, 1977) o El Jinete Eléctrico (Sydney Pollack, 1979).
Su carrera tampoco se resintió con la llegada de los 80, con títulos como Brubaker (Stuart Rosenberg, 1980), El Mejor (Barry Levinson, 1984), Memorias de África (Sydney Pollack, 1985) o Peligrosamente Juntos (Ivan Reitman, 1986), donde coincidió con otro grande que nos dejó recientemente, Terence Stamp. Tampoco se resintió en los 90, con títulos como Habana (Sydney Pollack, 1990), Una Proposición Indecente (Adrian Lane, 1993) o Íntimo y Personal (Jon Avnet, 1996). Ni tampoco con la llegada del siglo XXI, con títulos como La Última Fortaleza (Rod Lurie, 2001), Spy Game (Tony Scott, 2001), Cuando todo está Perdido (J.C. Chandor, 2013) o Capitán América: El Soldado de Invierno (Hermanos Russo, 2014), donde dio vida a Alexander Pierce, uno de los mejores villanos del universo cinematográfico de Marvel; papel que luego repitió en una pequeña aparición en Vengadores: Endgame (2019), también de los Russo.
Aunque, como ya he mencionado al principio, la carrera de Redford no se limita solo a la interpretación, también fue un gran director y productor. Su debut en la dirección fue Gente Corriente (1980), ganadora del Oscar a mejor película y que le valió el Oscar como mejor director. Después dirigió las películas Un Lugar llamado Milagro (1988), El Río de la Vida (1992), Quiz Show (El Dilema) (1994), El Hombre que susurraba a los Caballos (1998), La Leyenda de Bagger Vance (2000), Leones por Corderos (2007), La Conspiración (2010) y Pacto de Silencio (2012); además de un segmento de la película documental Cathedrals of Culture (2014).
El mundo del cine ha sufrido una gran pérdida. No solo nos ha dejado un gran actor y director, también nos ha dejado toda una leyenda que ha dejado una huella muy profunda y un hueco que será imposible de llenar. Como tributo he decidido poner dos grandes escenas de Capitán América: El Soldado de Invierno; una de ellas con Scarlett Johansson, con quién trabajó anteriormente en El Hombre que susurraba a los Caballos:
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